Esa es la pregunta que, como escritora novel, me hice hace unos días.
Terminé el primer borrador de mi novela. ¡Bien por mí! Por desgracia, ese no es ni de cerca el final del camino en este proceso; es solo un nuevo paso.
El problema es que, mientras esperas el siguiente —la reescritura tras el feedback de tus lectores beta—, te enfrentas a varias semanas de espera en las que no sabes cómo llenar tus días. Llevas meses usando cada trocito de tiempo libre para escribir, para dedicarte a tu pasión y, de repente, nada. Te falta algo, como cuando la comida está insípida, tus días se quedan sin sal. Al final te acostumbras, pero no es lo mismo.
¿La solución? Mientras todos terminan, he comenzado con la planificación de la siguiente novela. Porque cuando algo te apasiona, y además tienes la suerte de tener a una persona a tu lado que te apoya (gracias, cariño), el único lastre es el que te pones tú.
No seas tu propio lastre, lucha por lo que quieres. Como dice la canción de Sam Ryder: Es mejor luchar y perder que nunca hacerlo en absoluto.
¡Vamos con todo! Claro que sí. Yo sin embargo necesito un poquito de parón entre una y otra. Se cuecen cosas por detrás, pero siento que necesito descansar un trimestre jajaja.